A inicios de 1949, la hermana Lucía Dos Santos, vidente de las apariciones de Fátima, estando en el convento carmelita de Coimbra, Portugal, enfermó gravemente, y murió el 31 de mayo de 1949, fiesta de María Reina.

En 2018 concluyeron los 100 años del milagro del sol en Fátima, Portugal, el cual fue visto por cerca de 70,000 personas y reportado por varios periódicos europeos, incluso la prensa masónica anticristiana portuguesa.

Su objetivo es lograr una reingeniería social mediante la deconstrucción marxista de la cultura y la destrucción de la familia. Se sirve del poder coercitivo de los gobiernos para imponer una ética subversiva contraria al interés de los ciudadanos. Es patrocinada por el poder político de los organismos internacionales y por los intereses financieros de la élite antinatalista ambientalista global.