Desde mayo de 1948 estamos viviendo lo que bíblicamente se conoce como los "Últimos Tiempos", que no es el fin del mundo, sino el fin de los tiempos actuales, llamados por San Pablo "tiempos de las naciones" o "de los gentiles", que iniciaron al concluir los antiguos tiempos mosaicos, una vez que los judíos rechazaron al Mesías.